Creo que las elecciones del pasado 10 de abril han afectado a muchas personas en Lima... No sé cómo estén en el interior del país pero por donde voy me encuentro con ánimos hasta por los suelos y, en el peor de los casos, he chocado con algunas personas que si pudieran matarte lo harían.
Los muros de los del Facebook o los miles de Twitts que se reciben cada cinco segundos, han sido invadidos por mensajes depresivos o agresivos en los que el tema de fondo son Keiko, Humala, Fujimori, Montesinos… ¡hasta Velasco está metido! Y eso no es todo, algunos se han dado el trabajo de crear un evento: Firmas para la posibilidad de un Referéndum.
Como verán, hoy por hoy, muchos están preocupados por el futuro de nuestro Perú... ¡hasta mis estudiantes en las clases de Cívica me han mencionado que se van a ir del país! y no es que sea indiferente a la situación que estamos viviendo, tampoco es que sea Fujimorista o Humalista… pero ¿en qué momento se convirtieron algunos en la versión barata de Josie Diez Canseco para decir que el Perú se acabó? Si alguna vez ella lee este artículo... Mi intención no es ofender al mencionarla.
El punto es que no se trata de una posición política o de escoger el mal menor sino que se trata de una sola palabra… ¡Se trata de ACTITUD!
R. Jeffress nos dice que "La actitud es nuestra respuesta emocional y mental a las circunstancias de la vida". Entonces una actitud positiva es una reacción optimista y luchadora ante las adversidades, mientras que una actitud negativa es una visión angustiosa, con una consiguiente respuesta agresiva o apática.
Pues bien, ante todo este entre dicho creo que como personas mayores – que somos muchos – y que tenemos contacto con muchos adolescentes debemos entender o mejor dicho recordar quiénes somos, de dónde venimos y qué cosas hemos vivido y, lo más importante, que aún seguimos aquí… en pie.
Me encantó el mensaje que dejó un amigo en su muro: “Todos podemos vencer el desánimo y la depresión. El primer paso es simple, sólo debemos entender que con Dios siempre hay esperanza”. ¡Ahí está la clave! ¿No la captas aún?
Bueno, tengo 36 años y – aunque no he vivido mucho – mi papá que fue profesor de Historia en el Colegio Champagnat, me contaba que el Perú ha pasado por muchas cosas y de todas se ha repuesto… Hagamos juntos un recuento:
- Sobrevivimos a la invasión de los españoles y a los muchos siglos de opresión.
- Sobrevivimos a la ambición desmedida de muchos “independistas” en la naciente república peruana.
- Sobrevivimos a la devastación que dejó la Guerra del Pacífico.
- Sobrevivimos a los excesos de Leguía.
- Sobrevivimos a los afanes estatistas de Velasco.
- Sobrevivimos a la destrucción y el terror propalados, en cada rincón de nuestro país, por Sendero Luminoso y el MRTA.
- Sobrevivimos al saqueo que propició el primer gobierno de Alan García.
- Sobrevivimos a la corrupción originada durante el gobierno de Alberto Fujimori.
Y la lista podría continuar… pero hemos sobrevivido… estamos aquí porque el peruano es luchador, es valiente… y sobre todo es una persona de fe. Así que para alcanzar un futuro lleno de oportunidades para todos, debemos dejar atrás el pasado y enfrentar esto que nos toca vivir con la misma actitud de fe y valentía.
Nada se escapa de las manos de Dios, de Él viene TODO… inclusive nuestras autoridades. ¿No lo creen? Pues acompáñenme al siguiente pasaje: “Entró de nuevo al Pretorio y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le dio respuesta. Pilatos entonces le dijo: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte? Jesús respondió: Ninguna autoridad tendrías sobre mí si no te hubiera sido dada de arriba; por eso el que me entregó a ti tiene mayor pecado” Juan 19:9 – 11 La Biblia de las Américas
Jesús fue claro… NO HAY AUTORIDAD SI NO LA QUE DIOS PERMITE QUE HAYA PORQUE TODA AUTORIDAD VIENE DE ÉL… El asunto está en que las autoridades que están sobre nosotros sean para bendición nuestra y no para juicio nuestro y en vez de estar perdiendo el tiempo en propuestas jaladas de los pelos, hagamos algo mucho más útil y más poderoso… empecemos a orar para que nuestra autoridad en los próximos cinco años sea para bendición de nuestra nación. Sí, orar… porque la oración es la mejor manera de deshacernos de la angustia, del afán, de las circunstancias adversas… Sigamos el siguiente consejo: “Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios porque él cuida de ustedes” 1 Pedro 5:7 NTV
En resumen, es tiempo de cambiar nuestra actitud… ella determina nuestra condición y nuestro futuro, ella nos hará vencedores y nos llevará a ese Perú que tanto anhelamos.
Saludos y hasta mañana, si Dios lo permite.